Planta
una duda verde
una sé milla
en su negro
co razón
de humus.
Riega esa duda
como una sanguinaria
riégala con tuslá grimas
con sal viva
con flujos.
Ponla al rayo del silencio
a la luz de una maldición
al surtidor de vinagre
a la lustra aspira nada
a la sombra tuya
en tu puñado de aterra.
Huele el dulzor
de su néctar entrepierna
de su venus atrapamoscas.
Carda la tierra
del cardo amargo
Amarga el agua
con indignos mantras.
Mójala
con mentiras.
Sécala con tu sudor
como un papel de lluvia.
Bésala hasta que nazca
la fruta roja del furor
la fresa fría del enojo.
Y si tienes algún poder,
devórala.