viernes, 24 de agosto de 2012

Studebaker


Se escuchan los truenos
como un robot desvencijado por la lluvia
o tal vez sea un camión que arrastra su osamenta
por los adoquines.

Salíamos del hospital cuando lo vimos,
como recién pintado, reluciente,
en azul celeste y azul metalizado,
al Studebaker
que se robó la hiper.

Salíamos del hospital y lo vimos,
como una aparición,
mastodonte de lata.

Estacionó el 12 y casi se tira del auto.
Gritaba: “Este es mi camión
Es mi camioncito, es el mío.”
Se agarraba la cabeza.
“Llamá a la policía, que es el que me robaron”.

20
años atrás
de la puerta de su casa.

“Tiene grabada mi inicial con una llave
en la gabina.”
Decía trepándose a la caja:
“Se la borraron.
¡Qué hijos de puta! ¡se la borraron!”

Como un espectro
el mionca fantasma vino del pasado
para despedirse.


Hoy lo escucho roncar
en la noche vacía
como un trueno de hojalata.

Él viene al volante
comanda la tormenta
que cayó con tanta lágrima. 



lunes, 23 de abril de 2012

Madama Bovarita


Festín
III

La duquesa se sirve
del pingüino de vino de sus ojos
las gotas vacías de hiel
y vuelca sobre la piel de su mesa
un continente de sueños
sin dominios cotidianos.
Aquí estoy
—se dice cierva
secándose el sudor
con un trapo polilla—
tengo absoluto demonio
sobre mí y mis versos.